Mapa de los pueblos indígenas y garifuna de Honduras
Historia de los Pech
Su origen data de hace unos tres mil años cuando llegaron a Honduras a
donde hoy es el departamento de Colón, luego se extendieron a otras partes del
territorio. Los pech se opusieron a la conquista de sus tierras, lucharon para
evitar ser privados de su libertad. Los españoles les llamaron despectivamente
como payas, término que fue rechazado por los pech ya que hace alusión a
bárbaro, salvaje o incivilizado. Los españoles se aventuraron a entrar en la Mosquitia en 1564, pero debido a su férrea oposición decidieron
que solo podrían conquistarlos utilizando la religión católica. Lehmann Stone y
Epstein piensan que los pech habitaban las Islas de la Bahía durante
el siglo XVII junto a comerciantes mayas debido a que se encontraron artefactos
similares a los que se encontraron también en territorio Pech en tierra firme y
que algunos grupos pech de tierra firme fueron a cristianizar a los Pech de las
Islas de la Bahía. En el siglo XVIII los piratas
ingleses, franceses y holandeses se aliaron con los misquitos, a quienes les
dieron armas de fuego para obligar a indígenas como los pech a refugiarse en el
interior de Honduras. Los pech eran capturados por los misquitos y vendidos
como esclavos a comerciantes ingleses, debido a esto su población disminuyó
considerablemente en poco tiempo. Luego de ser expulsados de las costas
por los colonizadores españoles, los pech se refugiaron en las zonas
montañosas, cuentan sus ancianos que por cuatro siglos se escondieron los pech
de los colonizadores y los zambos para evitar ser vendidos como esclavos,
debido a esto se convirtieron en un pueblo nómada, de esta forma
mantuvieron su cultura tradicional. Actualmente participan en la política por
medio de la Federación de tribus Pech de Honduras (FETRIPH), creada en 1985 para
cuidar sus tierras y conservar su cultura. La tormenta tropical Gamma afectó
sus tierras y cultivos se perdieron en el año 2005, debido a eso durante algún
tiempo subsistieron a base de plátano y yuca debido a que
no cuentan con un centro de almacenamiento de granos y han sido olvidados por
el gobierno.La cooperación española les ha
construido unas 300 viviendas pequeñas de cemento y ladrillo pero nadie les
proporcionó catres ni camas para que durmieran cómodamente. Los pech conservan su idioma,
su cultura, su religión y su sistema económico, es conocido sobre todo las
personas desde la tercera edad. Respetan la naturaleza ya que dependen de su
flora y fauna.
Cultura Pech
La lengua
paya es parte de la familia chibcha. De hecho es una lengua fuertemente
divergente del resto de lenguas chibcha, razón por la cual se tardó en
reconocer como parte de esta familia, pero los trabajos actuales han probado de
forma concluyente el parentesco. Es interesante notar, que esta divergencia ha
podido deberse al aislamiento del resto de lenguas chibchas, que se hablan
desde el sur de Nicaragua hasta Colombia. Entre el resto de lenguas chibchas y
la playa se interponen las lenguas misumalpas, que se considera una
familia de lenguas remotamente emparentadas con las lenguas chibchas y
las lenguas lencas. Estas tres familias formarían el microfilo
lenmichí.
Religión
Su pueblo
es descendiente de los nueve hermanos, los bisnietos del trueno, los héroes
pech lucharon en contra del gigante Takaskró, que es el nombre en pech del
sisimite. En el español de Honduras sisimite es un hombre alto y peludo que
vive en las montañas. Tiene una esposa que se llama YekaYeka, o sea Sipa (la
chiquita) en español. El watá venció al Wisinka, una serpiente grande que vivía
en una laguna grande o vertiente que molestó a chupar los niños pech. Se han
encontrado petroglifos sobre el río plátano, por lo que Rafael Girard sugiere
que esta área fue un gran centro religioso. Esta zona de los Pech por el Río
Platano está asociado con la Ciudad Blanca. Eran politeístas que creían en los
espíritus de la naturaleza como la Sirena (del río y del pescado), de la
montaña, del cerro, y de los árboles como el Ceibon y la caoba. Había muchas
reglas en relación del cuidado de la mujer con su menstruación o un bebé recién
nacida, con la cacería, las plantas medicinales, el corte de madera para las
casas, y la pesca. El oro también tiene dueño espiritual.
Actividad económica y social de los Pech
Las
sociedades pech tienen una dependencia vital del bosque, debido a ello guardan
un profundo respeto por la flora y la fauna, han desarrollado normas para
regular la correcta utilización de los bosques y animales, manteniendo un
equilibrio con el ecosistema.
Las plantas del bosque tropical húmedo son utilizadas para alimentación, como medicinas y para rituales religiosos. Además cazan para sobrevivir, aunque han desarrollado la ganadería para no tener que salir a cazar, domesticando venados, cerdos entre otros.
La comunidad de Santa María del Carbón desarrolla un manejo del bosque comunitario, de forma que sus comunidades conocen las maneras que pueden utilizar para obtener nuevas fuentes de ingresos, siempre respetando la naturaleza y evitando la explotación del bosque, dándole un aprovechamiento sostenible al bosque. Utilizan la madera para construcción en sus poblados o para venderla, así obtener mayores beneficios económicos y ahorro de dinero por parte de la comunidad.
Las plantas del bosque tropical húmedo son utilizadas para alimentación, como medicinas y para rituales religiosos. Además cazan para sobrevivir, aunque han desarrollado la ganadería para no tener que salir a cazar, domesticando venados, cerdos entre otros.
La comunidad de Santa María del Carbón desarrolla un manejo del bosque comunitario, de forma que sus comunidades conocen las maneras que pueden utilizar para obtener nuevas fuentes de ingresos, siempre respetando la naturaleza y evitando la explotación del bosque, dándole un aprovechamiento sostenible al bosque. Utilizan la madera para construcción en sus poblados o para venderla, así obtener mayores beneficios económicos y ahorro de dinero por parte de la comunidad.
Hasta el siglo XVIII, los Pech vivían en el
corazón de la selva de Agalta, su actividad productiva fundamental era la
cacería y la pesca, con una incipiente agricultura basada, principalmente, en
el cultivo de tubérculos como la yuca dulce y, eventualmente, el cultivo del
maíz. Se caracterizaban por ser nómadas ahora sus actividades económicas han
variado y entre las más fundamentales tenemos la tala y roza de árboles, caza y
pesca para subsistir, cría de animales domésticos. También se dedican a la
extracción de resina de árbol de liquidámbar, producción artesanal y lavado de
oro. Sus cultivos principales son la yuca, el maíz, y frijoles de los cuales
elaboran sus alimentos. La organización social de los Pech descansa en la
familia extensa. La mujer participa mucho en la vida económica de su tribu.
Ellas han sido artesanas, agricultoras, pescadoras, curanderas y chamanes (jefe
de la tribu, consejera, sacerdotisa). Y
en menor cantidad también cultivan caña de azúcar. La economía Pech es del tipo
de economía productora de valores de uso; es decir, dirigida al auto
subsistencia local y regional. Ello supone que la satisfacción de las
necesidades más apremiantes como la alimentación, salud, vivienda y energía, a
través de los que la etnia se reproduce materialmente.
Historia y ubicación de la etnia Tawahka.
Los tawahkas son
parte del grupo indígena conocido como sumu y están relacionados con el grupo
indígena mayangna, habitan las
riberas del río Patuca,
en el departamento de Gracias a Dios y parte
del departamento de Olancho en
Honduras y en la Costa Atlántica de Nicaragua. La región que comprende el
departamento de Gracias a Dios se conoce como La Mosquitia. Tierra adentro de la costa de La Mosquitia
viven los tawahkas. La mayoría de ellos reside en la aldea de Krausirpe,
ubicada en la margen derecha del Patuca (viniendo río arriba desde Wampusirpe)
y en la desembocadura del río Wampú. La única vía de comunicación de esta
comunidad es el río Patuca. En la parte de Honduras, existen alrededor de
6000 tawahkas, aunque es imposible precisar un número exacto, pues
desde 1974 no se han efectuado censos poblacionales sobre las comunidades
indígenas del país. Los datos que presentamos son aproximados. En total,
estimamos que su número (los de Nicaragua y Honduras juntos) es de 14,000,
aproximadamente. Sin embargo, las siete comunidades que constituyen este grupo
en Honduras: Krausirpe, Krautara, Dimikian, Yapuwas, Kamakasna, Wasparasni y
Santa Marta, albergan 704 personas, distribuidas de la siguiente manera:
Personas, distribuidas de la siguiente manera:
Nombre Localidad
|
Número de casas
|
Kausirpe
|
58390
|
Krautara
|
10110
|
Dimikian
|
440
|
Yapuwas
|
632
|
Kamakasna
|
557
|
210
|
|
Santa Marta
|
865
|
TOTALES
|
93704
|
Krausirpi y Krautara son las aldeas tawahkas más
grandes localizadas sobre los márgenes del río Patuca. Aunque los Tawahkas
habitan esta zona desde hace ya varios siglos, Krausirpi, la principal aldea
Tawahka, fue fundada en 1938 por el último cacique tawahka (Claudio Cardona). Hasta 1948, el principal asentamiento tawahka era
Yapuwas, caserío que abandonaron debido a una peste que azotó y diezmó la
población sumado a las presiones ejercidas por las autoridades del Departamento
de Olancho. Se cree que el éxodo de los tawahkas radicados actualmente en
Krausirpi lo iniciaron, en forma paulatina, tres familias. La peste que azotó
Yapuwas, según los relatos tawahkas, era un extraño mal que mataba de tres a
cuatro nativos diariamente, salvándose aquellas personas que abandonaron el
lugar.
Idioma
Los tawahka hablan
un idioma sumo pero su dialecto es tawahka. Según estudios consultados, la
lengua tawahka y la misquita son bastante semejantes en su estructura
morfológica y sintáctica, aunque no tienen mucho léxico en común. Ambas lenguas
pertenecen al grupo macro-chibcha, grupo lingüístico de origen sudamericano. Se
supone que en fechas muy lejanas los antepasados de los tawahkas, misquitos y
los ramas (otro grupo emparentado), emigraron desde lo que hoy es Colombia
pasando por el istmo de Panamá. Los tawahkas llaman a su lengua twhaka, que
muestra una similitud con la denominación que, a principios del siglo XVII los
españoles dieron a los indios de la zona del Guayape-Guayambre: tahuajcas. La lengua materna de este pueblo es el
tawahka, pero también hablan misquito y el español, aunque aún tienen cierta
dificultad para hablar español.
Situación Social
Puede afirmarse
que, en términos generales, entre los tawahkas no existe una estratificación y
diferenciación social. Ellos conservan inalterables los sentimientos solidarios
e igualitarios. Quizá la influencia externa a la que han sido sometidos
revele alguna diferenciación social, pero en la practica son bastante
solidarios. Entre los tawahkas los lazos familiares son muy
extensos. En Krautara, por ejemplo, un 90% de la comunidad esta
emparentada.
Conservan
inalterables las formas tradicionales del matrimonio. Los padres
determinan el futuro de sus hijos, mediante el acuerdo verbal entre los padres
cuando los hijos están aun en la niñez o en la adolescencia. En tal
sentido, entre las familias ocurre un acercamiento natural y una serie de condiciones
que posibilitan la prematura aspiración familiar. Llegado el momento de
la unión conyugal, se efectúan los preparativos, desarrollándose una simple
ceremonia de entrega, acompañada de consumo de chicha y de una comida
tradicional, conocida entre ellos como “comilona”.
Sin embargo, en
casos excepcionales, se practica el matrimonio civil, el que acostumbran muy
poco, quizá por las dificultades que el mismo implica: oneroso traslado a la
cabecera municipal de Brus Laguna, de 8 a 10 días en pipante por el rio, más
las inclemencias de la naturaleza. En fin, ellos prefieren sus hábitos
tradicionales de desposamiento.
El recurso más
importante para la supervivencia de los tawahkas es la tierra donde viven y el
bosque que la puebla.
El territorio
tawahka fue declarado como reserva ecológica (Biosfera de Rio Plátano) y los
indígenas han sabido convivir con su medio.
El problema que se
presenta es el de la migración campesina hacia esa zona, ya que estos grupos
mantienen costumbres incompatibles con la naturaleza de la zona, las que
acarrearan consecuencias desastrosas para el medio ambiente.
Cientos de
hectáreas de tierras, a uno y otro lado del rio, se encuentran libres en
calidad de tierra nacional, pero los tawahkas consideran que su propiedad
comunal se extiende unas 14 caballerías hacia el norte y, tradicionalmente, han
tenido la libertad de escoger la parcela de tierra que desean cultivar,
sin ningún obstáculo”. Por otra parte,
quiérase o no, por la influencia foránea, a la que no han podido oponer
resistencia, poco a poco, las comunidades experimentan una transformación hacia
una economía campesina. En otras palabras, están pasando de una economía
autárquica y comunal a una economía de carácter individual, cuya unidad
productiva la constituye la familia nuclear. Este es un proceso largo, no
se ha dado de golpe. En términos jurídicos, el tipo de tenencia no está del todo definido;
pero en términos geográficos ya se ha logrado una demarcación. La región
se caracteriza por carecer de ceros limítrofes. Algunos campesinos
ladinos han cercado tierras que, según ellos, “les pertenecen”, lo que ha
valido para que el INA asuma el problema con preocupación.
Situación Económica
Los tawahkas están estrechamente vinculados con la
tierra. La principal actividad económica que han realizado a través de su
historia es la agricultura de subsistencia, utilizando tecnología tradicional.
La dieta es complementada con la caza, la pesca y la recolección de frutos
silvestres. La unidad productiva de la etnia es la familia, principal grupo
generador de la fuerza de trabajo. El trabajo agrícola lo realizan en los
trabajaderos, por lo general, a la orilla del río.
Algunas veces frente a las aldeas y otras, río
arriba, a varios kilómetros de distancia de los poblados. Los hombres tawahkas
participan en la construcción de pipantes (especie de canoas). Actualmente, el
segundo semestre de cada año, de Junio a Diciembre, los tawahkas se ocupan de
la extracción del látex del árbol sapotáceo llamado chicle, esta actividad
productiva se ha visto disminuida por la escasez de compradores. Entre las
actividades de remuneración económica está la antigua práctica del lavado de
oro sobre las veras acuíferas del río Patuca. Vale la pena mencionar que en los
años 30, muchos tawahkas realizaban actividades asalariadas en plantaciones de
banano, cerca de sus poblados.
Las mujeres, al igual que los
hombres, trabajan en la siembra, la limpieza y la cosecha de los diversos
productos. Parte de la cosecha es vendida, a bajo precio, a los
comerciantes misquitos y a los intermediarios ladinos (coyotes) que llegan
hasta las comunidades.
Los tawahkas
tienen que viajar hasta Culmi (siete días por rio y a pie) para comercializar
sus productos, donde los truecan por sal, zapatos, ropa o los venden para
comprar dichos artículos. No existe una forma de comercio justo; los
tawahkas no conocen el verdadero precio de los productos.
Las causas que
aíslan a los tawahkas del esto del país son: la falta de carreteras u
otro medio económico que comunique sus poblaciones con el resto del
departamento y del país. La única vía de comunicación es el rio. En
toda la región tawahka no hay vías de comunicación terrestre que enlace una
comunidad con otra
La pesca la
practican en ríos, canales y manantiales aledaños al Patuca. Capturan
peces, tortugas, camarones y cangrejos, utilizando anzuelos, arpones y
atarrayas hechas de bejucos y hierbas adormecedoras (pate). Esta última
práctica ya no se realiza abiertamente porque es prohibida por la ley. Algunos tawahkas (hombres) se dedican al lavado de oro
en las quebradas y riachuelos aledaños a la desembocadura de los ríos
Wasparasni, Pao, Lagarto y otros.
El uso de la
tierra varía según las necesidades. Acostumbran sembrar granos básicos:
arroz, frijoles, leguminosas, tubérculos, etc.
El área de cultivo
es variable y depende de sus necesidades y de su voluntad de trabajar.
Además, depende del número de miembros de una familia.
El volumen de
producción es bajo; generalmente, solo producen para el consumo y, si hay un
excedente, se vende a comerciantes intermediarios. Según conocedores, las
tierras en que se localiza este grupo son de vocación agrícola y forestal;
debida a la alta pluviosidad, su rendimiento es óptimo y se podrían lograr tres
cosechas por año.
El pequeño
productor tawahka, es aquel que produce un excedente de producción
comercializable de café, maíz, frijoles o arroz, pero nunca maneja grandes
cantidades y su vinculación con las empresas agro exportadoras no es directa,
ya que no tiene capacidad para transportar sus productos.
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